DIY: Plastelina casera

Últimamente no tengo demasiado tiempo para ponerme a inventar por casa, pero de vez en cuando, saco algún huequito para ponerme a ello, me gusta demasiado y si no la cabeza me estallaría.

Esta idea surgió al poco de quedarme con mi sobrino en casa,una de esas mañanas en las que no sabía que hacer para entretenerles. Estuve mirando por aquí y por allí y al final me decidí a hacerla.
No os puedo poner que tal funcionó con los peques, pues si veis las fotos están hechas de noche y por motivos varios, al final no pudimos usarla, pero os aseguro que pronto la volveré a hacer y os contaré que tal, seguramente podréis leerlo en el apartado de "Actividades 1-2 años".

Eso si, os puedo asegurar que de tóxica no tiene nada de nada, tuvimos una muy buena Catadora en casa... Una de las perras, muy afanosa ella en llevarse todo a la boca no vaya a ser comida... Se comió una bola roja en mi primera prueba, después de que se me cayera al suelo. Imaginad el susto que me di, pensaba que se me ahogaba de la cantidad que se metió a la boca, pero nada más allá. Saqué con la mano lo que pude y se tiró no se cuanto bebiendo agua sin parar, pero ahí sigue, dando guerra.

Materiales
- Colorante alimentario
- Harina
- Agua
- SalSal
-Aceite

Se calienta el agua sin que llegue a hervir, se retira del fuego y se le añaden la harina, la sal, y el aceite vegetal.

Se vuelve a poner el cazo a calentar a fuego lento. Mientras tanto, se va removiendo la masa poco a poco hasta obtener una masa homogénea (es muy importante que se despegue de las paredes del cazo sin problema), y una vez logrado se retira del fuego.

Cuando la masa haya templado, se separa en las porciones que se quiera tener y se pone colorante alimentario a cada una de ellas. 

Se amasa nuevamente para repartir el color en cada bolita. Ha de quedar una masa uniforme y esponjosa.