La verdad es que lo necesitaba, necesitaba ese cambio en el horario labora. Había llegado a tal punto en el solo empleaba las tardes en dormir, dedicarme a mis peludas y mi pareja el rato antes de cenar y de volver a acostarme. Las fuerzas me flaqueaban muchisimo.
Lo malo es que trabajar de tardes me permite muy poco para nada, todo es correr y no darme tiempo a todo lo que me gustaría. Lo odio, odio no tener el suficiente tiempo en mi reloj.
Pero bueno, afrontamos las cosas con una sonrisa en la cara, con bailes tontos, celebrando cada pequeña cosa, cada cambio positivo de la mejor manera, al máximo. Es lo que tiene ser esa loca que en cada casa existe.
Así que os digo, afrontad cada cambio con el mayor positivismo posible. Sonreid y sed felices!!!!
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